La cara se encoge de vergüenza. Lo que ha pasado es inaceptable. Faltaban pocos días para que en España y América se celebrase el Día de la hispanidad. El Día de la raza. Una fecha que rescata lo mejor y disimula lo peor del encuentro de dos mundos. Un día que cinco siglos después debería ser un símbolo de hermandad. No obstante, en el anonimato de un tren cualquiera, de una media noche que poco importa vino a recibir de Sergi Xavier una patada xenófoba.
Él calcula. Mira a su alrededor mientras mantiene una conversación racista a través de su móvil. Le escupe al frente de las piernas. La insulta. “Zorra… inmigrante de mierda”. Le lanza un manotazo a la cara. La menor, 16 años, en medio del pánico se cubre el rostro. Le aprisiona un seno. Le pega en la cabeza. Sergi no deja de hablar al teléfono, tiene la habilidad de agredir y conversar al mismo tiempo. Sólo están los dos en el vagón, excepto por un argentino que se hace el que no existe. Le dice que se vaya a su país. Una adolescente ecuatoriana sola en medio de esa agresividad que caracteriza a los hombres. De pronto, le lanza una patada a la cara. Se retira. No sin antes propinarle un puñetazo en las costillas. Todo quedó grabado. Medio mundo lo ha visto.
El video ha causado indignación en España. Los amigos de barrio de Sergi, 21 años, piensan que lo que hizo fue una “chiquillada”. Y algunas autoridades le han salido al paso al asunto diciendo que lo sucedido fue un hecho aislado, y puede que lo sea. Pero en todo caso lo ocurrido es claramente un “hecho aislado” violento, xenófobo, racista. Un incidente que ofende a América Latina. Y que debe sumarse a las alarmas que de tiempo atrás se encienden en España en relación con el crecimiento de este tipo de resentimiento.
Durante el 2006, Amnistía Internacional tuvo conocimiento de cuatro mil casos de agresiones por motivos racistas en más de doscientas municipalidades de España. Sin embargo, el problema es más grave porque en gran parte de los casos los afectados no se atreven a denunciar. Así pasó con la menor que agredió Sergi. Ella no lo alcanza a denunciar; la policía lo captura por su cuenta. En España cerca del diez por ciento de los habitantes provienen de otro país. Y aunque la mayoría de los nacionales considera que los emigrantes contribuyen significativamente al crecimiento económico, la mayor parte también, sesenta por ciento, no deja de asociar migración con delitos y crímenes.
Esta última relación infelizmente se asienta también a veces en hechos aislados, pero concretos e igualmente vergonzosos. Por estos días algunos ibéricos han recordado al monstruo de Machala, un pervertido que violó y asfixió a una joven estudiante, 21 años, en el otoño de 2004. Antes había asesinado a ocho mujeres en su país de origen. El monstruo era ecuatoriano. Han recordado las pandillas de latinos que se dedican a robar y violar en los parques ocultándose entre la noche, Y han recordado también las reyertas de colombianos por asuntos de droga. Nada de esto justifica la xenofobia en el tren catalán, pero ayuda a entender parte de sus temores y prejuicios.
El gobierno de Ecuador ha respondido al caso. La canciller se ha reunido con la menor y su familia y ha dicho que asumirán los costos judiciales de la defensa. Un acto ejemplar. No obstante, más ejemplar sería que en vez de estar asumiendo defensas, los gobiernos de América Latina se ocuparan con seriedad de que la gente no dejara sus países por necesidad. –Es que sólo se interesan por la diáspora cuando alguno se destaca y a la hora de contar las remesas.
En este asunto no caben vacilaciones. El joven Sergi debe pagar ante la justicia por lo que hizo. El gobierno español debe otorgarle más peso a las recomendaciones contra el racismo que tiempo atrás le ha hecho la Comisión Europea. Y los gobiernos de América Latina deben hacer más de lo que no hacen por su gente. Que este acontecimiento furioso no sirva para revivir resentimientos. Que sea un motivo para rellenar los vacíos de comprensión y concordia con los que siempre se nutre la gris ignorancia, la xenofobia. Un motivo para reforzar lo que nos une.
>>Publicado originalmente en:
http://www.diariohorizonte.com/view/articulo.aspx?articleid=15913&zoneid=31
http://www.estereofonica.com/article.php?sid=5622