Xenofobia en el tren catalán

26-10-2007

La cara se encoge de vergüenza. Lo que ha pasado es inaceptable. Faltaban pocos días para que en España y América se celebrase el Día de la hispanidad. El Día de la raza. Una fecha que rescata lo mejor y disimula lo peor del encuentro de dos mundos. Un día que cinco siglos después debería ser un símbolo de hermandad. No obstante, en el anonimato de un tren cualquiera, de una media noche que poco importa vino a recibir de Sergi Xavier una patada xenófoba.

Él calcula. Mira a su alrededor mientras mantiene una conversación racista a través de su móvil. Le escupe al frente de las piernas. La insulta. “Zorra… inmigrante de mierda”. Le lanza un manotazo a la cara. La menor, 16 años, en medio del pánico se cubre el rostro. Le aprisiona un seno. Le pega en la cabeza. Sergi no deja de hablar al teléfono, tiene la habilidad de agredir y conversar al mismo tiempo. Sólo están los dos en el vagón, excepto por un argentino que se hace el que no existe. Le dice que se vaya a su país. Una adolescente ecuatoriana sola en medio de esa agresividad que caracteriza a los hombres. De pronto, le lanza una patada a la cara. Se retira. No sin antes propinarle un puñetazo en las costillas. Todo quedó grabado. Medio mundo lo ha visto.

El video ha causado indignación en España. Los amigos de barrio de Sergi, 21 años, piensan que lo que hizo fue una “chiquillada”. Y algunas autoridades le han salido al paso al asunto diciendo que lo sucedido fue un hecho aislado, y puede que lo sea. Pero en todo caso lo ocurrido es claramente un “hecho aislado” violento, xenófobo, racista. Un incidente que ofende a América Latina. Y que debe sumarse a las alarmas que de tiempo atrás se encienden en España en relación con el crecimiento de este tipo de resentimiento.

Durante el 2006, Amnistía Internacional tuvo conocimiento de cuatro mil casos de agresiones por motivos racistas en más de doscientas municipalidades de España. Sin embargo, el problema es más grave porque en gran parte de los casos los afectados no se atreven a denunciar. Así pasó con la menor que agredió Sergi. Ella no lo alcanza a denunciar; la policía lo captura por su cuenta. En España cerca del diez por ciento de los habitantes provienen de otro país. Y aunque la mayoría de los nacionales considera que los emigrantes contribuyen significativamente al crecimiento económico, la mayor parte también, sesenta por ciento, no deja de asociar migración con delitos y crímenes.

Esta última relación infelizmente se asienta también a veces en hechos aislados, pero concretos e igualmente vergonzosos. Por estos días algunos ibéricos han recordado al monstruo de Machala, un pervertido que violó y asfixió a una joven estudiante, 21 años, en el otoño de 2004. Antes había asesinado a ocho mujeres en su país de origen. El monstruo era ecuatoriano. Han recordado las pandillas de latinos que se dedican a robar y violar en los parques ocultándose entre la noche, Y han recordado también las reyertas de colombianos por asuntos de droga. Nada de esto justifica la xenofobia en el tren catalán, pero ayuda a entender parte de sus temores y prejuicios.

El gobierno de Ecuador ha respondido al caso. La canciller se ha reunido con la menor y su familia y ha dicho que asumirán los costos judiciales de la defensa. Un acto ejemplar. No obstante, más ejemplar sería que en vez de estar asumiendo defensas, los gobiernos de América Latina se ocuparan con seriedad de que la gente no dejara sus países por necesidad. –Es que sólo se interesan por la diáspora cuando alguno se destaca y a la hora de contar las remesas.

En este asunto no caben vacilaciones. El joven Sergi debe pagar ante la justicia por lo que hizo. El gobierno español debe otorgarle más peso a las recomendaciones contra el racismo que tiempo atrás le ha hecho la Comisión Europea. Y los gobiernos de América Latina deben hacer más de lo que no hacen por su gente. Que este acontecimiento furioso no sirva para revivir resentimientos. Que sea un motivo para rellenar los vacíos de comprensión y concordia con los que siempre se nutre la gris ignorancia, la xenofobia. Un motivo para reforzar lo que nos une.

>>Publicado originalmente en:

http://www.diariohorizonte.com/view/articulo.aspx?articleid=15913&zoneid=31

http://www.estereofonica.com/article.php?sid=5622

Fujimori, Von Wernich y los Pinochet

17-10-2007
Este siglo deber ser menos mesiánico y menos bárbaro. En tres años se cumplirá el segundo centenario de las independencias de Hispanoamérica y dentro de todas las preguntas que surgen para su conmemoración inevitablemente aparece la de cuánto se han madurado los valores de la democracia. Si durante estos dos siglos hemos sabido representarnos.

La respuesta no es halagadora. Si algo ha caracterizado en estos dos siglos a esta parte de América no ha sido con seguridad la democracia. Fueron sí sus delirios violentos, sus dictaduras sucesivas y sus crisis políticas permanentes. Solo desde las dos últimas décadas del siglo pasado se empezó a vislumbrar un agotamiento de esta constante, pero sin que aún se pueda dar parte de victoria. Persisten rezagos y espantos que se niegan a perecer.

Esta reflexión cobra importancia en estos días en que han coincidido las diligencias de varios procesos judiciales que se revuelcan entre las calderas dejadas por los dictadores. Cobra importancia también por la corriente reeleccionista, que se extiende en toda la región y que preocupa porque parece heredar ese desdén por los procedimientos democráticos que de buen modo saben despreciar los dictadores y sus atormentados feligreses.

-El viernes pasado, Alberto Fujimori debió rendir la primera declaración instructiva ante la Corte Suprema de Perú. Se le acusa de estar al tanto del asesinato de quince personas en Barrios Altos por supuestos vínculos con el grupo Sendero Luminoso y del secuestro y asesinato de nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta a manos de unidades de exterminio del Ejército. También se le acusa de haber concentrado todo el poder del Estado, de corrupción y de otras arbitrariedades. Fujimori está preso. Dice que teme morir en la cárcel y, al igual que casi todos los abusadores del poder, se considera salvador e inocente. "He sido el presidente que ha vencido al terrorismo y sentando las bases del desarrollo que hoy ya el Perú comienza a disfrutar", asegura. Los jueces piensan otra cosa.

-Dos días antes, el miércoles, la Iglesia Católica había recibido una dura sentencia. El sacerdote Christian Von Wernich fue condenado a cadena perpetua por estar implicado en el asesinato de siete personas, la tortura de treinta y el secuestro de cuarenta y dos más. Christian Von Wernich recorría los centros clandestinos de la última dictadura argentina impartiendo la palabra divina mientras torturaban a los detenidos. "Tu vida depende de Dios y de que colabores", bromeaba. El caso retrata hasta dónde la violencia política y su justificación infestaron la cultura en la región. Él también se juzgó inocente al comparar su caso con el de Jesucristo. Él "tuvo un juicio apoyado por el pueblo, que pidió que fuese crucificado, pero resucitó".

-Y hace poco más de una semana, la esposa, los cinco hijos y los colaboradores más cercados del ex dictador Augusto Pinochet fueron detenidos por el latrocinio de las arcas públicas durante el régimen. Deben responder por el origen familiar de 20,2 millones de dólares. Las sombras de uno de los dictadores más implacables del Cono Sur rondan a sus familiares. Ellos, como corresponde, también se presumen inocentes. "Aquí hay un móvil político. Quieren exterminar todo lo que sea de Pinochet", dice un diputado que critica la medida.

Estos casos, que han estado en los últimos titulares de la prensa hispanoamericana, resumen en parte, no la fortaleza de la justicia, sino la pobreza de los hábitos políticos que abrasaron a toda la región. En contraste, lo que uno espera es que las vueltas al pasado a las que nos llevan esos juicios sean una manera de liquidar definitivamente los restos de dos siglos de burla y esquizofrenia políticas.

>>Publicado originalmente en:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3768979.html